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Lecturas diversas

Al clóset nunca más: libros para un mundo diverso

Por Escaramuza / Lunes 23 de setiembre de 2019

Poesía queer, narrativa travesti, literatura homoerótica, arte disidente, infancias trans, ensayos sobre movimientos y luchas LGBTI en Uruguay, teoría para cyborgs... una selección de doce títulos para celebrar la diversidad.

«Al clóset nunca más» es el lema bajo el que se enmarca la próxima Marcha por la Diversidad, una celebración para reclamar y reconocer las diferentes identidades y formas de habitar el mundo desde el respeto y el rechazo al odio, la intolerancia y el miedo.

Desde Escaramuza nos sumamos al reconocimiento de los derechos de las personas LGBTIQ+ con algunas recomendaciones literarias:

Ensayo

De los baños a la calle, Diego Sempol (Debate, 2013)

Esta es una obra fundamental para comprender múltiples asuntos relacionados con el lesbianismo, la homosexualidad y la población trans en Uruguay durante más de cinco décadas. A través de sus capítulos da cuenta de diferentes momentos históricos, desde la década de los sesenta y la dictadura, pasando por el retorno a la democracia y la década de los noventa, hasta los debates producidos en los últimos diez años, los mismos que han impulsado la democratización social y la politización de la sexualidad en Uruguay. Además, es una historia de las organizaciones sociales, las estrategias y acciones de estas para resolver los numerosos problemas a los que decidieron hacer frente en cada momento histórico. Los últimos dos capítulos están referidos al matrimonio igualitario y a la ley de identidad de género, puntos críticos en la conquista de los movimientos sociales uruguayos.

Una obra de referencia que llena un vacío en la producción historiográfica nacional.

«De los baños a la calle», Diego Sempol (Debate, 2013)

Travesti, una teoría lo suficientemente buena, Marlene Wayar (Muchas Nueces, 2018)

Este libro propone una teoría viva y comunitaria. Porque cuando Marlene Wayar dice que tiene un cementerio en su cabeza, habla desde la fuerza que le da la experiencia de todo su colectivo. Y esa fuerza es oral. Con diálogos, teje puentes entre lo oral y lo escrito, y lo hace con una potencia que lo escrito jamás podría capturar. Entre conversaciones, el libro invita a sentir sin anestesias desde lo trava-trans sudaca y a pensar críticamente el fracaso del mundo tal como lo conocemos. Es un grito que envuelve la vida del cuerpo trava mientras invita a considerar la muerte de las marcas sobre nuestros cuerpos, que promueve el hetero-winca-patriarcado. En realidad, Marlene nos propone matar esos dolores con olvido cotidiano e irnos a construir otras lenguas movibles que nos llenen de energía, una energía que la ética impone que empleemos en niñes y adolescentes. Este libro es el abrazo anhelado para su desarrollo en plenitud.

«Travesti, una teoría lo suficientemente buena», Marlene Wayar (Muchas Nueces, 2018)

Manifiesto para cyborgs, Donna Haraway (Letra Sudaca, 2018)

La idea de que la naturaleza no se descubre, sino se construye socialmente, es un concepto central dentro de la historia de la ciencia de las últimas décadas. En 1991 Donna Haraway publicó Simians, Cyborgs, and Women y se estableció como una de las escritoras feministas más reflexivas y desafiantes. Manifiesto para cyborgs. Ciencia, tecnología y feminismo socialista a finales del siglo XX (octavo capítulo de ese libro) es el intento «de construir un mito político fiel al feminismo, al socialismo y al materialismo». Para ello, Haraway indaga en discursos filosóficos, sociológicos, médicos y, fundamentalmente, literarios, en particular el de la ciencia ficción. Ese mito político resulta un híbrido entre organismo y máquina, entre realidad y ficción: el cyborg, punto de partida para la formulación de una nueva mirada sobre la naturaleza y las relaciones de los géneros.

«Manifiesto para cyborgs», Donna Haraway (Letra Sudaca, 2018)

 

Poesía

Mi juventud unida, Mariano Blatt (Mansalva, 2015)

«Un campo de deportes a las cinco de la tarde. Siete pájaros que son puntos negros inquietos. Una avioneta que pasa cada dos por tres. Pibes guapos con camisetas de equipos de fútbol de la B. Cervezas, vacaciones, éxtasis, baile y mate. Mariano Blatt propone una escritura ligera. Una palabra que festeja la fragilidad del instante sin miedo, en estado de gracia sostenida. Una música. Un paseo por el campo desde donde, con poquitas cosas, amigos, ceremonias mínimas, nos vamos tornando sublimes. Una púa que fuera saltando y cayendo, a un ritmo versátil, incluso reversible, sobre los mejores momentos del surco del devenir, de la dimensión tiempo». (Fernando Callero).

«Mi juventud unida», Mariano Blatt (Mansalva, 2015)

Pija, birra, faso, Ioshua (Nulú Bonsai, 2009)

«Pija, birra y faso. ¿Qué más se puede pedir para matar las horas chiclosas del conurbano bonaerense? El puto porteño se queda con la pija, la birra la cambia por un sex on the beach y al faso… no, gracias. El puto del conurbano, adaptado para moverse por las arenas movedizas regadas por los barones del poder, mueve sus cachas por las calles otrora de tierra, entre las paradas de colectivos donde siempre hay repositor de Coto, electricista o jugador de potrero dispuesto a entregar su testosterona por Boca. El putito ya lo sabe: el guacho hétero sólo se deja si tiene un vaso helado y espumoso en una mano, un faso de marihuana meada y prensada en la otra, y una porno hétero rolando en el televisor. Esa es la mejor vida, deseada tal vez por el putito diseñador de Olivos y por el estudiante de cine de Palermo: pasar las horas mientras le hace temblar las patas fibrosas a un guachito hermoso, perdedor del sistema, de mirada clara, masculina y sin dobles intenciones. Los putos como Ioshua saben cómo terminan esos encuentros: con un abrazo amigable y una pitada cómplice, amarguita y dulce, con los jadeos de fondo del televisor que sigue pasando conchas y tetas, imágenes redentoras del pecado que, paradójicamente, van a preparar el terreno para la infaltable segunda vuelta». (Juan Tauil).

«Pija, birra, faso», Ioshua (Nulú Bonsai, 2009)

 

Narrativa

La Virgen Cabeza, Gabriela Cabezón Cámara (Eterna Cadencia, 2009)

Pura materia enloquecida de azar, eso, pensaba Qüity, es la vida. En El Poso, uno de esos pequeños Auschwitz en que se habían convertido las villas en Buenos Aires, la hermana Cleopatra, una travesti que dice comunicarse con la Virgen, predica rodeada por una corte de chongos, putas, nenes y otras travestis. Qüity la vio por primera vez en los videos de las cámaras que vigilaban la villa. La vio bella, la escuchó elocuente: había que organizar la villa, sacar a los pibes del paco, a las pibas de la calle, y la Virgen les diría cómo. Entonces Qüity creyó haber encontrado la historia del año.

Con una lírica sobrecogedora y un estilo completamente personal para abordar el lenguaje coloquial, Gabriela Cabezón Cámara pasa con inteligencia de la tragedia a la comedia; de la nostalgia, el dolor y el odio, al vértigo y el frenesí de la cumbia, las plegarias, el alcohol y el sexo. Un relato en el que la marginalidad aparece como el mayor de los abismos. Pero también una historia de amor, delirio, mística y desenfreno, de un humor absolutamente candoroso. Sin dudas, una revelación para la narrativa argentina y latinoamericana actual.

«La Virgen Cabeza», Gabriela Cabezón Cámara (Eterna Cadencia, 2009)

Plástico cruel, José Sbarra (Dagas del Sur, 2017)

Plástico cruel es la historia de un amor no correspondido entre un travesti, Bombom, poeta y puta, y un chico de 17 años, Axel el cerdo, que llega a la ciudad procedente del campo y se enamora de una niña bien de Buenos Aires, Linda Morris. La agonía de Bombom es retratada a partir de su diario íntimo, que se presenta en fragmentos entrecruzados con diálogos, alucinaciones y señales de tránsito.

La narrativa de Sbarra se escribe fragmentada, se puede leer fragmentada, pero en un linealidad cinematográfica. El amor de Axel a Linda, el secuestro de esta, los amigos de Bombom que colaboran en la colaboración, y la poesía por sobre todas las cosas. Hija del submundo de los submundos del Buenos Aires de los ochenta, Plástico cruel es la obra que sigue a Marc, la sucia rata, y es un paso más en el planeta Sbarra.

«Plástico cruel», José Sbarra (Dagas del Sur, 2017)

 

Erótica

El gran espejo del amor entre hombres, Iharu Siakaku (Interzona, 2018)

El gran espejo del amor entre hombres de Iharu Saikaku es una maravillosa recopilación de historias sobre el camino del amor viril que no solo resulta muy fresca y fácil de leer, sino que además nos permite adentrarnos en un Japón extremadamente tradicional, pero muy poco conocido por el lector occidental: el Japón del nanshoku o amor homosexual. Historias contadas con delicado dramatismo, llenas de emoción, pasión, devoción y especialmente honor en las que los samuráis aman apasionada y trágicamente y se sacrifican, con elegancia y belleza, para cumplir con las principales virtudes de su elección vital: la lealtad, la sinceridad y especialmente la renuncia a la propia vida.

«El gran espejo del amor entre hombres», Iharu Siakaku (Interzona, 2018)

Sexualiades monstruosas, Valentina Viettro (Estuario Editora, 2018)

«Los cuentos de este libro se enfrentan directamente con la idea de que el erotismo es o puede ser o debe ser inofensivo. Se ríen de un sentido común donde el placer está vinculado con el bienestar, la sanidad o la confianza. Se amigan con la incertidumbre de que hay algo en nosotros que no puede elegirse y asumen la sexualidad como un camino de autodescubrimiento, donde es imposible saber a priori lo que te gusta o te gustará. Las narradoras de estos cuentos, que son una y es muchas al mismo tiempo, recorren el mapa de su sexo exponiéndose al riesgo, con la libertad suficiente para decir, para hacer el ejercicio de volver expresable la experiencia monstruosa del deseo. Aquí el sexo ya no es exploración vincular hacia una reflexión sobre el yo, sino un método de conocimiento para devenir muchas, todas esas mujeres que salen y que entran de la misma mujer: descentradas, desencajadas, libres. La práctica de abandonar a conciencia el universo donde lo que importa es comer y dormir, caminar por la calle y trabajar, con el fervor de dejarse llevar por lo desconocido, no hace que al volver haya cambios positivos o noción alguna de progreso: el problema sigue siendo enfrentarse con el desierto de lo real. Y en esa honestísima paradoja radica la belleza de este libro, porque reivindica el placer, en toda su complejidad, como forma posible de supervivencia. Literatura que nos invita a gozar para asumir la asquerosa monstruosidad de mantenernos vivos». (Soledad Castro Lazaroff).

«Sexualiades monstruosas», Valentina Viettro (Estuario Editora, 2018)

 

Arte

Art and Queer Culture, Catherine Lord and Richard Meyer (Phaidon, 2019)

Art and Queer Culture reúne más de 250 obras de arte a lo largo de aproximadamente 130 años de historia del arte queer: una selección que recoge desde trabajos de artistas reconocidos como Andy Warhol y Robert Mapplethorpe hasta manifestaciones artísticas de activistas seropositivos, feministas lesbianas o fotógrafos pre-Stonewall.

Una espectacular historia de la vida y la creatividad queers en la contemporaneidad que traza el rico legado visual de las relaciones entre arte y cultura queer: de la emergencia de la homosexualidad como identidad a finales de siglo XIX a los pioneros genderqueers (género no binario) de principio del siglo XX.

Cuidadosamente ilustrada, esta nueva edición incluye algunos trabajos nuevos desde la aclamada publicación anterior, en 2013.

«Art and Queer Culture», Catherine Lord and Richard Meyer (Phaidon, 2019)

 

Infantil

El vestido de mamá, Dani Umpi y Rodrigo Moraes (Criatura Editora, 2011)

«Cuando uso el vestido de mamá me observo en todos los espejos de la casa. Hago muecas y hablo como si fuera otra persona. Es muy divertido». El protagonista empieza a tener problemas cuando, con el vestido de su mamá, también quiere jugar a fútbol.

«El vestido de mamá», Dani Umpi y Rodrigo Moraes (Criatura Editora, 2011)

La niña que no veían, Gastón Rosa (Incluso, 2018)

Martina es una niña de 6 años. A veces es simpática y a veces, más tímida, se esconde tras las piernas de sus padres. Siempre ha sido muy buena jugando a la mancha y corriendo hasta que su perrito, Fanático, la alcanza. Vive en una pequeña ciudad con su mamá, su papá y su hermanito Bruno. Algunas veces Martina siente que la tratan diferente y no entiende cuál es la razón.

«La niña que no veían», Gastón Rosa (Incluso, 2018)

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