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Día de la Madre

Otras madres: Lecturas contemporáneas

Por Escaramuza / Martes 10 de mayo de 2022
Detalle de ilustración de portada de Ceciro en «Más allá de agosto», de Lourdes Rodríguez Becerra (Criatura Editora, 2021).
Lecturas que se alejan de la maternidad edulcorada y falsamente perfecta. Libros que muestran madres reales, contradictorias y un poco más verdaderas. Para este Día de la Madre, hacemos un recorrido, vía citas, de ficciones latinoamericanas recientes que exploran lo que es gestar, parir y criar en toda su radicalidad y entrega. 

No siempre la literatura ha sido el lugar para problematizar la maternidad. Más bien lo contrario. Hubo sí una Emma Bovary, en conflicto con su lugar de madre y coartada por infinitas convenciones, pero narrada desde la exterioridad. Qué pasaba en ese cuerpo donado al nuevo ser, con la experiencia radical del parto, con esa rutina entre cuatro paredes y con la mujer puesta al servicio de la reproducción, a nadie se le ocurría contarlo desde la perspectiva de la protagonista. La maternidad en tanto tópico recién se transformó en tema para la creación literaria entrado el siglo XX. 

«I’m no more your mother/ Than the cloud that distills a mirror to reflect its own slow/ Effacement at the wind’s hand» [Soy tu madre tanto/ como lo es la nube que destila un espejo para reflejar su propio/desvanecimiento a manos de la lentitud del viento], supo escribir Sylvia Plath. Varias obras recientes de la narrativa latinoamericana muestran figuras de madres disidentes, omisas, indolentes y quizás un poco más reales. Exploran de manera creativa (y crítica) los cambios corporales, sicológicos y sociales que supone el transformarse en madre, las contradicciones y los sentimientos encontrados, propios de cualquier maternidad. Con la excusa del Día de la Madre, lo que sigue es un recorrido, vía citas de fragmentos, por algunas obras nada idealizadas que vale la pena regalar, y leer. 

Cuidar en un entorno hostil: Mugre rosa, de Fernanda Trías (Random, 2020)

La epidemia había tenido el efecto de reconciliarnos. Hasta hacía poco, apenas podíamos estar más de cinco minutos en el mismo espacio. Sus preguntas con doble sentido, sus campañas bienintencionadas para dirigir mi vida. No se puede desear tanto el bien de otra persona; es monstruoso, agresivo incluso. Apenas un año antes, cualquier comentario sobre Max me habría expulsado de la casa con un portazo. Como el viento que va desenterrando unos huesos sueltos y resecos, la epidemia nos había acercado, aunque solo fuera a ese lugar baldío.

Una hija y su madre, pero también una hija que cuida a un niño que no para de comer. El entorno es amenazante y un viento rojo pone en riesgo la vida humana, que ya se acostumbró al desasosiego. Mugre rosa, Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2021 y Premio Bartolomé, medita sobre el cuidar individuos de una especie que parece destinada a desaparecer.


Maternidad contra viento y marea: El otro Tom, de Laura Santullo (Estuario, 2022)

Desde el nacimiento de Tomás, la vida se le había hecho una interminable marcha cuesta arriba y contrarreloj; el espacio para la ensoñación y el pensamiento habían quedado cancelados a fuerza de puro cansancio. Lena fue madre soltera antes de cumplir diecinueve años. Hasta aquel momento su corta existencia había transcurrido en la misma pequeña ciudad, no había terminado ningún tipo de estudios, no había salido del país, ni había trabajado en empleo alguno; si jamás tuvo grandes expectativas con respecto a su vida, después del nacimiento del niño sintió que las opciones se estrechaban hasta la asfixia. 

Cuáles son los límites de la abnegación y cuánto margen de decisión tienen las madres son preguntas que nos quedan revoloteando con la novela de Laura Santullo, que además fue transformada en película. Una madre soltera con un hijo con trastorno de déficit de atención. Un texto acerca de todos los mandatos hipócritas que recaen sobre quienes cuidan en una sociedad que no cuida a nadie.


Distancia y cercanía: Más allá de agosto, de Lourdes Rodríguez Becerra (Criatura Editora, 2021)

Lena se levantó, quiere el desayuno, que le ponga dibujitos y encontrar en el pajar sus botas con plataforma. Quiere ponérselas para ir a la escuelita. Siempre quiere muchas cosas a la vez. Pero mamá respiró y y repitió tres veces la lección número uno: no-lo-puedo-todo, antes de levantarse de la silla del escritorio, allí hasta donde hace unos instantes tecleaba desaforada uno de estos párrafos. Cuando estoy en la computadora, como hoy, la lista de pedidos de Lena se multiplica y a veces, como hoy, le doy o la dejo hacer lo que quiere para que no moleste más. 

Lourdes Rodríguez lleva adelante un diario en el que registra, entre otras cosas, la progresiva autonomía de su hija y cómo la maternidad es un vínculo que siempre está cambiando. Ahí, cobran especial relevancia qué se dice y qué se oculta. La narradora supera el trauma de una madre abandónica por medio de su propia maternidad, para así construir un lugar nuevo y propio.


Maternidad que nunca ocurrió: La perra, de Pilar Quintana (Random, 2017)

Cuando estuvieron solos, el jaibaná le dio a beber un líquido oscuro y amargo y le dijo que se acostara en el suelo, en una colchoneta. Ella tenía puesta una licra hasta las rodillas y una blusa de manga corta, y apenas se tendió se vio acosada por una nube de jejenes que dejaban tranquilo al jaibaná mientras que a ella la picaban en todo el cuerpo, hasta en las orejas, el cuero cabelludo y por encima de la ropa. Los jejenes desaparecieron de repente y Damaris empezó a escuchar a un búho que ululaba a lo lejos. El canto del búho fue acercándose poco a poco y cuando se hizo tan fuerte que era lo único que podía oír, se quedó dormida.

No sintió nada más y a la mañana siguiente se despertó con la ropa intacta, el mismo dolor ligero en la espalda de todos los días y ninguna novedad en el cuerpo. Rogelio la estaba esperando afuera y la llevó de vuelta a la casa.

Damaris ni siquiera tuvo un atraso, y el jaibaná les dijo que ya no podía hacer más por ellos. De alguna forma fue un alivio, pues tener relaciones se había convertido para ellos en una obligación. Dejaron de tenerlas, al principio tal vez solo para descansar, y ella se sintió liberada, pero al mismo tiempo derrotada e inútil, una vergüenza como mujer, una piltrafa de la naturaleza.

La protagonista de esta novela nunca pudo ser madre. Y un día adopta a una perra a la que nombra Chirli, como a la hija que no tuvo. Cuida al animal, se desvive por su bienestar, pero nada en esas existencias está signado por la felicidad.


Entre el pegoteo y la sofocación: Distancia de rescate, de Samanta Schweblin (Random, 2014)

—Es que a veces no alcanzan todos los ojos Amanda. No sé cómo no lo vi, por qué mierda estaba ocupándome de un puto caballo en lugar de ocuparme de mi hijo.

Me pregunto si podría ocurrirme lo mismo que a Carla. Yo siempre pienso en el peor de los casos. Ahora mismo estoy calculando cuánto tardaría en salir corriendo del coche y llegar hasta Nina si ella corriera de pronto hasta la pileta y se tirara. Lo llamo «distancia de rescate», así llamo a esa distancia variable que me separa de mi hija y me paso la mitad del día calculándola, aunque siempre arriesgo más de lo que debería. 

Samanta Schweblin acierta de lleno en este libro breve y contundente. No es una novedad, pero vale la pena que esté en la lista. Hay dos madres en la historia. Una trata de anticiparse, y la otra carga con una omisión que desencadenó la irrupción de lo monstruoso. Alrededor, como en Mugre rosa, el mundo se ha transformado en un lugar amenazante.


Experiencias límite: La débil mental, de Ariana Harwicz (Mardulce, 2014)

Mi mamá se acuerda riéndose de cuando se le resbaló mi cuerpito todavía con el cordón violeta en sus manos, todo remite a eso, a cuchillitos bajo el agua, a anguilas. Las dos lavando los platos con detergente barato y guantes, las dos guardando los cubiertos en sus cajones con compartimentos, tenedor con tenedor nos decimos cantando, cuchara con cuchara y hacemos el pasito de baile como una tarantela. Las dos yendo a tomar una botella de pastis afuera, nada pasa.

La literatura de Ariana Harwicz es explosiva, es chirriante, genera desagrado y desacomodo. Pero hay que leerla en esos libros que a veces aparecen en Uruguay y vuelan de librerías. En La débil mental se mete con el vínculo entre madre e hija, dos seres en la más simbiótica de las relaciones. Otro tanto hace en Matate, amor, en ese largo monólogo en el que se planta contra todos los sentimentalismos.


Para leer en familia: El día en que mamá se transformo en dragón, de Belén López Medus (2020)


Madres que se equivocan, que se transforman en dragones, pero que piden disculpas y que son bien reales como la mejor de las madres. Lecturas que ayudan a transitar por los momentos de agotamiento que conlleva toda maternidad. 

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