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Mirar a los ojos

La vergüenza como un don

Por Sofía Aguerre / Lunes 06 de mayo de 2019

Los ojos son el espejo del alma y Dina, la protagonista del libro El llamado del dragón, de la danesa Lene Kaaberbøl, puede remover conciencias con solo mirarlos. Sofía Aguerre nos recomienda el primer libro de la saga de la Avergonzadora, mezcla de alquimia, misterio, dragones y asesinatos.

Las historias de personas con poderes, dones y habilidades especiales son más populares que nunca. Basta con prestarle atención a los cines, a las librerías, a las series. Sin embargo, el don —o maldición, según cómo se vea— de la protagonista de El llamado del dragón es bien curioso: la vergüenza. La capacidad de generar la suficiente vergüenza como para que los otros admitan sus actos más horrendos, si es necesario.

Las avergonzadoras, en este mundo, suelen colaborar con la justicia para descubrir a los culpables de un crimen. Como contrapartida, también viven aisladas de los demás, son temidas y muchas veces odiadas. Los demás evitan mirarlas a los ojos para mantener sus secretos a salvo y hasta las tratan de «brujas». Por todo eso, Dina sufre la mala suerte de haber heredado los ojos de avergonzadora de su madre.

En esta primera parte de la saga, convocan a la madre de Dina a la ciudad de Dunark para que ayude en la resolución de un caso de asesinato múltiple. Dina y sus hermanos la esperan, pero nunca regresa. Cuando un hombre misterioso viene a buscarla con la excusa de que su madre la necesita, Dina marcha rumbo a Dunark, preocupada. Y ahí es cuando lo que parece fantasía típica se mezcla con la novela policial.

Aunque en esta novela haya dragones, un alquimista y mujeres con un don extraordinario, la esencia es el misterio. Hay un crimen sin resolver, un acusado —Nico— que no parece ser el culpable, aunque todo indica que sí. Un hombre que está dispuesto a todo para que Nico pague por las vidas que quitó. El control de la ciudad y la vida de Nico dependen de esto.

Para Dina, lo anterior significa que todo cambió para siempre. Que ya no es una niña de pueblo a la que dejan de lado por su don, sino la hija de la avergonzadora, con todo lo que eso implica. Que debe buscar la forma de sobrevivir en una ciudad hostil, saber en quién confiar y luchar por lo que cree justo. Si no, no solo su vida corre peligro.

Es posible que el personaje de Dina cause un cierto desconcierto. Aunque se nos dice que tiene casi once años, su voz y sus decisiones parecen las de una persona mayor. Dado que la historia está narrada en primera persona, a veces cuesta imaginar a Dina como la niña que es, sobre todo al interactuar con otros personajes. Más allá de esto, los personajes se vuelven muy cercanos y necesarios para Dina. Los antagonistas logran mostrar la peor cara de la sociedad de Dunark y demuestran ser de temer, ya que también ostentan posiciones de poder. A veces, que nuestros protagonistas tengan éxito parece imposible.

La narración es bastante simple y consigue que sea fácil seguir la historia. Engancha lo suficiente como para no querer dejar de leer y, a la vez, es una novela corta. No está demás reconocer, respecto a esto, la fluida traducción de Elvio Gandolfo.

Es un buen libro para aquellos que no suelan leer fantasía, pero sí sean de las novelas de misterio o policiales. Tal vez sea una buena forma de empezar a acercarse a un género que no es de su preferencia. En cuanto a los amantes de la fantasía, puede que lo encuentren algo simple e introductorio, pero tiene potencial para convertirse en una saga maravillosa y oscura. Yo no la dejaría pasar.

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