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El origen

Dos reinas de sol y sangre

Por Sofía Aguerre / Viernes 11 de octubre de 2019

Rielle y Eliana son la Reina de la Sangre y la Reina del Sol, una de ellas está destinada a destruir el mundo y la otra a reconstruirlo. Dos historias distantes en el tiempo y en el espacio que se van conectando y abriendo interrogantes. Sofía Aguerre nos propone descubrir el mundo de Furyborn, el origen de las dos reinas, primer libro de la trilogía de Claire Legrand.

Lo que más llama la atención de Furyborn, de Claire Legrand, es sin duda la forma en la que se divide la novela. Por un lado, tenemos la historia de Rielle y, por el otro, unos mil años después, la de Eliana. Estas dos tramas tan distantes entre sí están profundamente conectadas y convierten a Furyborn en un relato muy interesante y completo: la historia de la caída de una civilización y las consecuencias de esta.

El libro empieza con un prólogo que se sitúa cronológicamente en el final de la historia de Rielle y que nos da una pista sobre el posible nexo de unión entre ambas tramas. Un prólogo intenso que nos sumerge de cabeza en la acción y que hace que leamos el resto del libro con la atención puesta en los detalles. Después de eso, volvemos a Rielle, al inicio de su historia, cuando todavía es una joven noble con aspiraciones más sencillas.

Furyborn, entonces, engancha desde dos frentes. El primero, desde el «¿qué pasó?» constante que representa leer a Rielle. Que conozcamos el final no apacigua la intriga, sino que la intensifica: ¿cómo llegó a ser conocida como la Reina Sangrienta, la que llevó la desgracia a su reino? El segundo, desde el «¿qué va a pasar?» planteado en la historia de Eliana, tanto tiempo después, que vive las consecuencias de las decisiones de Rielle y aún no entiende del todo su papel en esta historia.

Ambas protagonistas son muy distintas, así como lo son los lugares y tiempos que habitan. En Celdaria, Rielle vive con la obligación de controlar sus emociones, de ponerle límites a un poder que supera su comprensión, peligroso y letal. Su padre y su tutor, Tal, se encargan de guardar el secreto del alcance de este poder y de la tragedia que ya ha traído consigo. Rielle, por su parte, no deja de ser una joven que quiere disfrutar de la vida, a pesar de la culpa que le produce ese secreto y el estar enamorada de Audric, su amigo y heredero al trono, comprometido con Ludivine, amiga de ambos. Es a partir de un atentado contra la vida de Audric durante un evento deportivo que no le será posible seguir ocultando uno de esos secretos y que se verá obligada a demostrar que, de las dos reinas profetizadas, ella es la Reina Solar, la que va a salvarlos a todos, y no la Reina Sangrienta, quien los condenará. Su vida depende de ello.

Por otro lado, Eliana vive en Ventera, al otro lado del Gran Océano, bajo la opresión del Imperio. Para proteger y mantener a su familia, aprovecha sus capacidades especiales —resistencia y regeneración, algo que podría causarle grandes problemas de ser descubierto por las personas equivocadas— para trabajar como asesina a sueldo. Cuando recibe el encargo por parte del Imperio de asesinar a un tal Lobo, que forma parte de los Rebeldes, empezará a entender cómo funcionan de verdad las cosas en Ventera y en el resto del mundo. Cuesta un poco ver cómo se entrelaza la historia de Eliana con la de Rielle a primera vista, pero es muy interesante el panorama que nos muestra, la forma en la que las costumbres y creencias antiguas fueron avasalladas para darle paso al poderío del Imperio.

¿Y quiénes son los responsables de ese Imperio, de la caída que Rielle propició? Aunque no se nos dice tanto de ellos como a cualquier lector ávido le gustaría, son una parte fundamental de la historia: los ángeles, seres poderosísimos que los humanos ya habían combatido en tiempos muy anteriores a los de Rielle, pero que de alguna forma retorcida lograron escapar de su destierro y volver a tomar el poder. Para saber cómo sucedió esto, imagino, habrá que seguir leyendo.

Es importante entonces tener en cuenta que estamos ante el primer tomo de una trilogía que en nuestra lengua fue editada en dos partes, por lo que aún debemos esperar para saber qué pasa al final del primer libro y tener algún tipo de desenlace. Esta primera parte, subtitulada «El origen de las dos reinas», cierra con un cliffhanger que hace imposible no querer saber qué va a pasar a continuación.

Una de las grandes ventajas de la novela es, a su vez, la mayor desventaja que encontré en su lectura: lo amplio y trabajado del mundo en el que se desarrollan ambas tramas. El nivel de detalle hace que la ambientación se sienta más real y creíble y también ayudan mucho las citas a otros textos —pertenecientes a ese mundo—, al principio de cada capítulo. Además, hay un mapa al principio y, al final, hay un cuadro que explica qué santo y qué don representan a cada reino. A pesar de esto, a veces resulta apabullante y puede ser uno de los motivos por los que cuesta que la lectura fluya al principio, aunque después de algunos capítulos se lee con facilidad.

Furyborn es una novela con un enfoque distinto, una ambientación trabajada y una historia llena de intriga, traiciones y secretos. La manera en la que se plantea la trama, en dos tiempos tan alejados, es un ingrediente muy atractivo y que funciona bien a la hora de mostrar los efectos que tiene uno de los relatos sobre el otro. Una muy buena forma de descubrir los cambios del mundo a través de los siglos y demostrar que, aunque se sepa lo que va a pasar en un futuro, se puede mantener la tensión igual de bien. Los invito a comprobarlo por ustedes mismos.

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