«¡Che! ¡Tal serie está buenísima! ¡No te la podés perder!» «¿Sí? ¿Está en Netflix?». El anterior diálogo se repite unas setenta mil veces por día en todo el mundo. La imposición de la gigantesca plataforma online —justa imposición, ganada a calidad y servicio— nos ha transformado en vagos, en haraganes que no queremos mover un dedo más allá de dejar correr la serie de turno y aceptar el siguiente capítulo en 5… 4… 3… Pero hay —y siempre habrá— muy buenas opciones por fuera de Netflix, y esta nota pretende sugerir algunas que ameritan buscarlas en el cable, por plataformas alternativas o de cualquier otro modo. Maneras no faltan, si hay voluntad.

Hap and Leonard (2016, dos temporadas disponibles, una en cartel actualmente)

Con un lugar ganado a pulso a pesar de su escasa difusión, este producto del canal Sundance, creado por Jim Mickle y Nick Damici, demuestra que buena televisión hay en todas partes. Texas, década de los ochenta. Los del título son un exconvicto, exhippie y expacifista (Hap) y un veterano de Vietnam, negro y gay (Leonard), mejores amigos desde la infancia —interpretados con toda la onda por James Purefoy y Michael K. Williams (el legendario Omar de The Wire)— que se verán involucrados una y otra vez en asuntos peligrosos, búsquedas de personas y misterios del pasado. En temporadas muy concretas —ambas temporadas rondan los siete capítulos— la serie adapta novela a novela la obra del escritor texano Joe R. Lansdale. Actualmente, en la temporada en exhibición, Hap y Leonard buscan a una abogada negra desaparecida en el pueblo más racista de todo el estado, con la presencia amenazadora del Ku-Klux-Klan en el horizonte.

Bosch (2014, tres temporadas disponibles)

La joya de la cadena Amazon es esta sobria adaptación de las novelas policiales de Michael Connelly —junto a James Ellroy el mayor autor estadounidense vivo del género— que siguen al policía Harry Bosch (un inmenso Titus Welliver) por las calles de Los Ángeles. Austera, medida y aplicada por completo a reconstruir el procedimiento policial, Bosch nos cuenta de asesinatos y crímenes, sí, pero también de la corrupción institucional y hasta moral que avanza indetenible en las ciudades. El formato de cada temporada es el mismo: adapta varias novelas de Connelly (quien oficia de productor en la serie) al mismo tiempo —en tramas que retoman lo ocurrido en temporadas anteriores y algunas que se presentan en esta— mientras desarrolla aún más la personalidad de su obsesivo protagonista, aunque también presenta las historias de varios de sus secundarios o incluso de sus antagonistas. Bosch goza de ciertas mieles del éxito por lo que tiene confirmada no una, sino dos temporadas más en este año y el próximo.

Britannia (2017, una temporada ya disponible)

La propuesta de la cadena británica Sky es una amalgama de dos productos de éxito: Game of Thrones y Vikings. Tomando como punto de partida un hecho histórico —el segundo desembarco romano en las islas británicas, allá por el 46 AC— se nos presenta una media docena de personajes (que incluyen todos los puntos de vista: los romanos invasores, las principales tribus británicas, los druidas) que de manera coral irán protagonizando el conflicto. Pero no es estrictamente una reconstrucción histórica. La magia está siempre presente y termina por dar un clima psicodélico a todo lo que va ocurriendo, como de viaje de alucinógenos. Creada por Jez y Tom Butterworth y James Richardson (y con Sam Mendes entre sus productores), protagonizada por David Morrissey (el recordado gobernador de The Walking Dead), Kelly Reilly, Nikolaj Lie Kaas, Julian Rhind-Tutt, Hugo Speer y los veteranos Zoe Wannamaker e Ian McDiarmid, Britannia ya tiene confirmada su segunda temporada para fines del 2018 o principios del 2019.

Happy (2017, una temporada ya disponible)

Nick Sax (Christopher Meloni) es un expolicía devenido en asesino a sueldo, alcohólico, drogadicto y bastante en las últimas. Luego de cumplir con un encargo particularmente importante, ¡zas!, le da un infarto y cuando está por pasar por caja se le aparece un diminuto unicornio volador parlante (con la voz de Patton Oswald) quien le cuenta que él, Sax, es la última esperanza de una niñita secuestrada por un siniestro Papá Noel (siniestro es poco). Y el bueno de Nick va a descubrir prontamente que no, no está alucinando. Adaptación de la historieta de Grant Morrison y Darick Robertson —que a priori uno pensaría inadaptable— a cargo del propio Morrison y Brian Taylor para la cadena Syfy que deviene en un producto que, si bien no es para todos los paladares —el humor negro, la escatología, la violencia y el gore están a la orden en cada capítulo—, cierra perfecto en esta, su primera temporada (y ya hay confirmada una segunda).

Longmire (2012, seis temporadas disponibles)

Una serie aquejada de falta de respaldo de sus canales exhibidores, Longmire hace un extenso recorrido por A&E durante sus primeras tres temporadas —quedando inconclusa—, es rescatada por Warner Horizon Television durante un breve tiempo y finalmente termina su andadura (con su sexta temporada) por Netflix, pero no se encuentra disponible en esta plataforma para Latinoamérica. Walt Longmire es el sheriff de Absaroka County, un condado ficticio de Wyoming, tarea que no es sencilla: el condado colindera con una reservación Cheyenne que da sus problemas; se suma aquello de «pueblo chico, infierno grande», y el propio Longmire tiene varias cosas guardadas en su mochila. Western moderno, hermanado en cierta medida con Justified o la historieta Scalped (siendo mucho más moderado que cualquiera de estos ejemplos), que va ganando fuerza desde el primer capítulo con su cuidada mezcla de policial e historias de vaqueros. Adapta la serie de libros de Craig Johnson, quien oficia como guionista en más de un episodio y se trata de una serie ya finalizada, que se puede disfrutar al completo.